Friday, December 2, 2011

Morirte de frío.

Eso dicen que es el arte. Morirte de frío.
Y cada vez estoy más de acuerdo. Eso que llaman "arte" (y me refiero al "arte" dentro del campo de la animación, y de la ilustración y el cómic también, aunque creo que en menor medida) me deja frío, totalmente. Y con una desagradable sensación de desesperanza, de derrota. Eso a nivel profesional, como espectador, me limito a aburrirme.
Pasear por los portales que muestran las novedades del cine de animación, tanto profesional como amateur, como de largometrajes como de cortos, es lo más parecido a ponerse en el pellejo de Bill Murray en "Atrapado en el Tiempo": la mayoría de los trabajos vienen a componer un conjunto de Mandelbrot que a fuerza de crecer mastodónticamente se ahoga a sí mismo en una tediosa iteración de lugares comunes. Y no utilizo una analogía matemática por que sí: concept arts, diseños de personaje, composiciones de color, incluso tramas, personajes, argumentos... sin duda alguna se podrían catalogar sus elementos en común y programar un software que los recrease, permitiendo a sus esforzados autores dedicarse a menesteres más provechosos, como mirar al sol o darse un paseo.
Que la repetición de fórmulas se produzca en el ámbito comercial lo entiendo (no lo justifico), porque muy por encima de que una cosa sea fea o bonita, novedosa o repetitiva, está el señor del Monopoly, el del puro y la chistera, que sólo ve cifras, y pasa de arriesgar su pasta en algo atrevido o simplemente nuevo que pueda suponer un pinchazo en taquilla, o en ventas, si hablamos de cómic. Pero que eso ocurra en el ámbito amateur, o en el desarrollo de producciones independientes es más que preocupante. Cuando te metes de lleno en una producción para una gran cadena, o multinacional, hay mies de consideraciones que se te escapan de las manos, pero, cuando estás desarrollando un producto, digamos, "propio", porqué limitarse a repetir algo que ya se ha visto que funciona? Porqué no intentar dar un paso adelante? Para mi sólo hay tres respuestas posibles: miedo al fracaso, falta de aptitudes o la arrogancia congénita del mediocre. Los que tiran por la calle de en medio y ponen en marcha la maquinaria del deja vù olvidan que el mundo pertenece a los pioneros.
Palabras como "artista", "talento", "creatividad"·... me ponen los pelos de punta, pero creo me son útiles para contraponerlas a "artesano", "oficio" e "imitación". Actualmente, hay demasiado de lo segundo y muy poco de lo primero aunque, alarmantemente, las muestras de "artesanía", "oficio" e "imitación" despiertan una admiración que me da miedito. Y es que a la gente de la animación, como diría el Señor Lobo, nos encanta chuparnos las pollas (veeeenga, vaaaaale... me incluuuyo....). La animación es un ecosistema poblado de organismos tan pagados de sí mismos (en la mayoría de los casos sin mérito alguno) que los hitos creativos más que suponer una revolución generan una manada que se limita a copiar la fórmula novedosa que ha resultado ser un éxito, sacando pecho y sin ser conscientes del daño que hacen al avance creativo.
Evidentemente, no estoy diciendo que no se deban tener influencias, que no haya referentes, pero éstos deben servir unica y exclusivamente para, desde ellos, llegar a otro lugar, no para hacerse un nido de conformismo a base de fórmulas de éxito.
Así que, por favor, dejemos de chuparnos las pollas, que la tapicería aún está llena de pedacitos de crebro.



2 comments:

  1. Como muy a menudo entre nosotros, amigo Jae, sí pero no. O sea, como espectador, suscribo mucho de lo que dices. Los madagaskares y los gatosconbotas me parecen almas de metal. No son personajes, son solo marcas vacias, patrones copiados de copias de copias.

    Algunos productos independientes son lo mismo. Negaciones de negaciones que al final afirman lo que todo el mundo afirma negar.

    PERO. La clave es el porcentaje. Sí. Sí hay ideas chulas por ahí desperdigadas, algunas encastadas en películas mediocres, otras solo son vueltas de tuerca o visualizaciones que sin embargo me generan sensaciones que, aplicadas a otra historia y en otro momento, podrían molar un montón.

    Es decir, hay por ahí miles de millones de unos por ciento de cosas que molan un montón. Este plano de Thor, este personaje de Kung Fu Panda 2.

    Como artesano, o como decirlo, aprendiz de producidor, intento que mis tópicos, que necesito sean comerciales, tengan algún uno por ciento que a álguien, aderezado con otra idea le pueda sugerir tal otra.

    Ahora bien, Toltoi (u otro ruso antiguo de estos) decía que si un creador no le da una patada a todo su material y crea su propia revolución interna antes de su madurez, será un autor yermo toda su vida.

    O sea, querido amigo, que sí, pero no.

    ReplyDelete
  2. Evidentemente, si pero no. No voy a negar que estaba jugando a hacerme el iconoclasta, con lo que posiblemente haya exagerado en mis afirmaciones, pero el fondo de mi "discurso", sin florituras ni juegos, es ese: hay un alarmante exceso de autocomplacencia en la animación. y así malamente se puede hacer algo que merezca la pena llamar "arte".

    ReplyDelete